Mientras Arnaldo
Otegi, Rafa Diez, Miren Zabaleta,… sigan presos y se continue conculcando los
derechos de los presos, tambien nuestras libertades peligran
El próximo día 12 de enero, la ciudadanía vasca se expresara
en una gran manifestación silenciosa, convocada por HERRIRA (Al pueblo) y apoyada por múltiples colectivos políticos,
sindicales y personalidades, con el previsible colapso de las calles de Bilbao,
exigiendo “Derechos humanos, Paz, Presos vascos a Euskal Herria”, tras el
ejemplar tejido de alianzas.
Sin olvidar el dolor causado a las victimas de la violencia
de ETA, hoy es más necesario que nunca movilizarse para reclamar el fin de la
legislación antiterrorista o de excepción, que posibilita continuar conculcando
los derechos humanos de los presos vascos, por el ansia de venganza que
expresan sectores sociales encabezados por PP y UPyD, obstaculizan el fin del
conflicto armado y la consolidación de la paz y la convivencia social en Euskal
Herria.
El fin de la legislación antiterrorista es hoy más necesaria
que nunca, para organizar la defensa unitaria de las conquistas sociales,
amenazadas por los recortes neoliberales, superando el nefasto frentismo
sindical que divide al movimiento obrero vasco.
Necesitamos seguir tejiendo amplias alianzas, para acabar
con el vengativo ensañamiento del Gobierno del PP, tras la irrevocable decisión
de ETA de finiquitar la lucha armada. Un ensañamiento con los presos
indefensos, como: 1) La dispersión que castiga a más de 600 presos a cumplir
condena alejados de su entorno, mientras acosan a sus familias con el coste y
los riesgos del desplazamiento en las visitas. 2) Manteniendo en prisión de
presos con graves enfermedades crónicas y obstaculizando una atención sanitaria
adecuada. 3) Continuar aplicando la inhumana Doctrina Parot, que establece de
facto la cadena perpetua, al alargar las ya de por si largas condenas, haciendo
oídos sordos al rechazo del Tribunal Europeo.
La izquierda no puede permanecer impasible ante esta vulneración
de los derechos humanos, de los que no se puede privar a los presos vascos,
independientemente de los actos y delitos por los que fueron condenados.
El llamamiento y la participación en la manifestación de
Bilbao, no implica necesariamente acuerdo con la ideología y los actos que
realizaron los presos. Pero necesitamos garantizar sus derechos y resolver las
consecuencias del conflicto.
Las ansias de venganza, conllevan la violación de los
derechos de los presos, y con su conculcación nuestra libertad y derechos
democráticos terminaran puestos también en cuestión, especialmente la
disidencia y la desobediencia.
Por esta razón, resulta incomprensible la actitud de Ezker
Anitza-IU, como la de algunos sindicalistas o activistas sociales, que
mantienen los ojos cerrados, como si el problema no les afectara, cuando dudan
o cuestionan apoyar la manifestación.
La represión contra la disidencia social, será más
contundente si el PP logra mantener, sin contestación fuera del país vasco, la
legislación de excepción contra la resistencia vasca. En tanto, resulta más
grave si tenemos en cuenta que muchos de los presos fueron condenados sin más
acusación que formar parte del “entorno de ETA” por su exclusiva actividad
política.
Es precisamente, en este contexto, por el que ningún activista
de izquierda o simplemente democrático puede permanecer impasible ante el
mantenimiento en prisión de Arnaldo Otegi, Rafa Diez, Miren Zabaleta, Arkaitz
Rodríguez y Sonia Jacinto, condenados a 6 años en el caso “Bateragune”, por su empeño
y logro en reorientar la actividad de la Izquierda Abertzale hacia la solución
democrática del conflicto, mediante vías exclusivamente políticas, y defender
el derecho a decidir de todos los vascos. El indiscutible liderazgo de Arnaldo
Otegi y sus compañeros en prisión hace que una amplísima mayoría de la
ciudadanía vasca, con independencia de su ubicación en el conflicto, apoye su
libertad inmediata.
Igualmente, resulta inadmisible que permanezca en prisión el
líder sindical Rafa Diez, durante años Secretario General de LAB, tercer
sindicato vasco en representación en las empresas, con varios miles de
delegados y delegadas.
Desde Argentina, encabezados por Adolfo Pérez Esquivel,
Premio Novel de la Paz, han iniciado una campaña internacional, exigiendo a
Mariano Rajoy y a la opinión publica internacional la libertad de Arnaldo Otegi
y sus compañeros de Bateragune, campaña que es necesario apoyar sin vacilación.
Coincidiendo con Pérez Esquivel, la libertad de Arnaldo
Otegi, Rafa Diez y el resto de compañeros, en el momento histórico que vivimos
en Euskal Herria, puede ser fundamental para avanzar en la solución justa y
definitiva del conflicto nacional y lograr acuerdos transversales de los que
tan necesitamos estamos para nuestro futuro y, sin duda, ayudaría a
acabar con el nefasto frentismo sindical.
Si importante es la masiva participación en la manifestación
del 12 de enero, es clave continuar tejiendo alianzas e iniciativas con visitas
a las cárceles, así como los pronunciamientos sindicales unitarios por su libertad.
Si el Gobierno del PP logra mantener la legislación de
excepción antiterrorista con los presos vascos, sin duda tendrá más fácil
reprimir la contestación social a los recortes sociales y la reivindicación del
derecho a decidir: por lo tanto, nuestras libertades también estarán en riesgo.
Jesús Uzkudun
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