domingo, 6 de enero de 2013

Artículo de opinión


Mientras Arnaldo Otegi, Rafa Diez, Miren Zabaleta,… sigan presos y se continue conculcando los derechos de los presos, tambien nuestras libertades peligran


El próximo día 12 de enero, la ciudadanía vasca se expresara en una gran manifestación silenciosa, convocada por HERRIRA (Al pueblo) y apoyada por múltiples colectivos políticos, sindicales y personalidades, con el previsible colapso de las calles de Bilbao, exigiendo “Derechos humanos, Paz, Presos vascos a Euskal Herria”, tras el ejemplar tejido de alianzas.

Sin olvidar el dolor causado a las victimas de la violencia de ETA, hoy es más necesario que nunca movilizarse para reclamar el fin de la legislación antiterrorista o de excepción, que posibilita continuar conculcando los derechos humanos de los presos vascos, por el ansia de venganza que expresan sectores sociales encabezados por PP y UPyD, obstaculizan el fin del conflicto armado y la consolidación de la paz y la convivencia social en Euskal Herria.

El fin de la legislación antiterrorista es hoy más necesaria que nunca, para organizar la defensa unitaria de las conquistas sociales, amenazadas por los recortes neoliberales, superando el nefasto frentismo sindical que divide al movimiento obrero vasco.

Necesitamos seguir tejiendo amplias alianzas, para acabar con el vengativo ensañamiento del Gobierno del PP, tras la irrevocable decisión de ETA de finiquitar la lucha armada. Un ensañamiento con los presos indefensos, como: 1) La dispersión que castiga a más de 600 presos a cumplir condena alejados de su entorno, mientras acosan a sus familias con el coste y los riesgos del desplazamiento en las visitas. 2) Manteniendo en prisión de presos con graves enfermedades crónicas y obstaculizando una atención sanitaria adecuada. 3) Continuar aplicando la inhumana Doctrina Parot, que establece de facto la cadena perpetua, al alargar las ya de por si largas condenas, haciendo oídos sordos al rechazo del Tribunal Europeo.

La izquierda no puede permanecer impasible ante esta vulneración de los derechos humanos, de los que no se puede privar a los presos vascos, independientemente de los actos y delitos por los que fueron condenados.

El llamamiento y la participación en la manifestación de Bilbao, no implica necesariamente acuerdo con la ideología y los actos que realizaron los presos. Pero necesitamos garantizar sus derechos y resolver las consecuencias del conflicto.

Las ansias de venganza, conllevan la violación de los derechos de los presos, y con su conculcación nuestra libertad y derechos democráticos terminaran puestos también en cuestión, especialmente la disidencia y la desobediencia.

Por esta razón, resulta incomprensible la actitud de Ezker Anitza-IU, como la de algunos sindicalistas o activistas sociales, que mantienen los ojos cerrados, como si el problema no les afectara, cuando dudan o cuestionan apoyar la manifestación.

La represión contra la disidencia social, será más contundente si el PP logra mantener, sin contestación fuera del país vasco, la legislación de excepción contra la resistencia vasca. En tanto, resulta más grave si tenemos en cuenta que muchos de los presos fueron condenados sin más acusación que formar parte del “entorno de ETA” por su exclusiva actividad política.

Es precisamente, en este contexto, por el que ningún activista de izquierda o simplemente democrático puede permanecer impasible ante el mantenimiento en prisión de Arnaldo Otegi, Rafa Diez, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto, condenados a 6 años en el caso “Bateragune”, por su empeño y logro en reorientar la actividad de la Izquierda Abertzale hacia la solución democrática del conflicto, mediante vías exclusivamente políticas, y defender el derecho a decidir de todos los vascos. El indiscutible liderazgo de Arnaldo Otegi y sus compañeros en prisión hace que una amplísima mayoría de la ciudadanía vasca, con independencia de su ubicación en el conflicto, apoye su libertad inmediata.

Igualmente, resulta inadmisible que permanezca en prisión el líder sindical Rafa Diez, durante años Secretario General de LAB, tercer sindicato vasco en representación en las empresas, con varios miles de delegados y delegadas.

Desde Argentina, encabezados por Adolfo Pérez Esquivel, Premio Novel de la Paz, han iniciado una campaña internacional, exigiendo a Mariano Rajoy y a la opinión publica internacional la libertad de Arnaldo Otegi y sus compañeros de Bateragune, campaña que es necesario apoyar sin vacilación.

Coincidiendo con Pérez Esquivel, la libertad de Arnaldo Otegi, Rafa Diez y el resto de compañeros, en el momento histórico que vivimos en Euskal Herria, puede ser fundamental para avanzar en la solución justa y definitiva del conflicto nacional y lograr acuerdos transversales de los que tan necesitamos estamos para nuestro futuro y, sin duda, ayudaría a acabar con el nefasto frentismo sindical.

Si importante es la masiva participación en la manifestación del 12 de enero, es clave continuar tejiendo alianzas e iniciativas con visitas a las cárceles, así como los pronunciamientos sindicales unitarios por su libertad.

Si el Gobierno del PP logra mantener la legislación de excepción antiterrorista con los presos vascos, sin duda tendrá más fácil reprimir la contestación social a los recortes sociales y la reivindicación del derecho a decidir: por lo tanto, nuestras libertades también estarán en riesgo.

 

Jesús Uzkudun